Quirón en Leo y la toma de responsabilidad (1991-1993)

En lo personal, la energía Leo me golpea un poco en lo emocional. Pertenezco a la generación de Quirón en Leo del 21.07.1991 al 03.09.1993.

Además, por aquellos días Saturno se le oponía en Acuario, así que, para ser más específicos, estoy pasando mi retorno de Saturno y el trabajo de mi herida emocional es clave para madurar. Este texto es una reflexión para quienes coincidan con este aspecto en su carta, y les ayude a aclararse un poco más sobre lo que están viviendo ahora, y reviviendo de la infancia.

Otra manera de interpretar este aspecto es: 

Responsabilizarme de mis heridas emocionales, para ponerlas al servicio de los grupos sociales. 

Trabajar la inseguridad de ser suficientemente creativo y original, sin importar el miedo que me provoca mostrar mis creaciones a una sociedad que pide todo el tiempo innovación y trabajo en equipo. 

Reconocer mi individualidad y brillo propio aunque me intimide mostrarme a un grupo que está formado por mentes brillantes y geniales.

Sano en mi apreciación subjetiva de mi talento, cuando comparto con otras personas que me demuestran que la variedad es la que nos ayuda a construir cosas grandes.

No tener miedo a brillar en una sociedad que constantemente se renueva.

Enfrentar el miedo a llamar la atención, aun sabiendo que quienes me pueden ver, son igual de valiosos pero a su manera. 

Sano cuando enfrento el reto de tomar las riendas de mis proyectos creativos, proponiéndome hacerlo diferente a las formas tradicionales, pero siempre recordando que el fin último es brindar una herramienta que ayude a avanzar como sociedad. 

Perderle el miedo al ridículo. 

Las autoridades y reglas no deben restringir ni limitar mi creatividad y mi presencia, yo tengo valor por lo que soy y debo reconocerlo en mí.

Enfrentar el miedo a encontrar personas más talentosas que yo, y aun así mostrar mis creaciones sin vergüenza, reserva o miedo al rechazo. 

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Leo también es el juego, la luz, el Sol, la alegría de brillar, la calidez que nos derrite por dentro para afrontar la vida. En otras palabras, el niño que se aventura a jugar. Ha salido de las faldas de su madre (Cáncer), y ahora quiere imaginar, usar su creatividad para construir mundos, disfrutar de lo que crea, y claro, si disfruta desde el corazón, comparte esa calidez a los demás.

Por lo que si tenemos a Quirón en Leo, podría ser un niño que, emocionalmente ha comprendido que no puede disfrutar totalmente de la alegría de jugar. Ahora, si ponemos a Saturno en Acuario frente a él, sería un niño que no puede disfrutar totalmente de la alegría de jugar porque debía atender responsabilidades. O quizá sintiera que había reglas que le limitaban ese disfrute. También puede ser que se sintiera siempre bajo el régimen de un adulto con autoridad.

Así que tenemos algunas interpretaciones como: 

De niño jugaba y no le temía al ridículo, hasta que comencé a ver a los demás y encontré que para ellos lo que opinaran sus amigos era importantísimo, así que traté de alinearme a las reglas que ellos establecían. 

Me sentía incómodo llamando la atención en medio de un grupo y trataba de «apagarme» porque no sabía cómo manejarlo emocionalmente.

Sentía rechazo de mis amigos cuando veían que yo sobresalía y ellos no; sentía que me hacían a un lado por no ser como ellos. 

De niño creaba muchas cosas, imaginaba muchísimo pero a la hora de mostrárselo a un adulto, no sentía la suficiente valoración de mi talento. 

Mi talento y mis creaciones quedaban opacadas o se perdían entre las creaciones del grupo al que pertenecía, porque la autoridad le daba más peso a todos, que a uno en especial.

Me sentía contrariado si veía que había preferencia de la autoridad por alguien más de mi grupo, a pesar de mis esfuerzos por darle más importancia a los demás y no sólo a mí.

Yo sabía que lo que creaba era único y original, pero la autoridad me convencía que no era más o mejor que el de al lado. 

La falta de atención a mi creatividad y presencia en un entorno, me hizo pensar que debo mezclarme en el grupo y no sobresalir si deseo ser aceptado por este. 

Se me hizo creer que primero están los demás y después estoy yo, que esas eran las reglas. 

Después podrían quedar secuelas como: 

Cuando llamo mucho la atención en un lugar, me incomoda y trato de hacerme pequeño y pasar desapercibido.

Siento que no valgo lo suficiente porque siempre hay alguien más que llama más la atención. 

Si alguien me hace un halago, porque muestro originalidad y presencia, trato de cambiar el tema o restarle importancia para no sobresalir porque las reglas para pertenecer a un grupo social son: mézclate con él, todos son especiales.

Existen otros puntos interesantes pero ahora vistos desde la perspectiva de Saturno en Acuario y su retorno. Como: 

Entiendo que el tomar responsabilidad sobre mí mismo y mis actos depende de mirar las diferencias que nos hacen únicos, pero no puedo hacerlo si no he visto las propias antes. 

Debo reconocer el talento en los demás, crear comunidad y apoyar a causas comunes para el avance grupal, pero no puedo hacerlo si no he aceptado lo que me hace único a mí y lo pongo al servicio de la sociedad. 

Me reconozco como líder en mi entorno, hablando y haciendo cosas totalmente distintas a las típicas pero no puedo hacerme escuchar si no le he perdido el miedo a llamar la atención. 

No puedo ayudar a otros a sanar si no he sanado yo. 

Debo comprender que el juego y la experimentación me sanan, no importando el resultado, sino el proceso.

Ayudo a sanar a las demás personas en su energía Leo, cuando los llevo de la mano y les muestro que el brillo se crea desde el interior, no se roba de los demás o del entorno, porque eso hiere al resto.

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Hablando ya sobre el sanador que representa Quirón, las personas con las que comparto a Quirón en Leo, son las que más han ayudado a sanar esta parte de mí. Sol conjunción Quirón en Leo o ascendente conjunción Quirón en Leo. Y no aquellas que tienen a Leo fuerte en su carta, porque no siempre son conscientes de cómo manejan esta energía, la enfocan y la proyectan. Muchas veces «me queman».

La energía Leo no es fácil de manejar, y quizá esté hablando desde un punto de vista demasiado subjetivo, pero es común toparnos con comentarios sobre personas con Leo fuerte en su carta, que son demasiado egocéntricos y acaparadores. Entiendo que no todo el tiempo sea así, porque también lo he visto. Pero a día de hoy, en un mundo donde se nos pide todo el tiempo sobresalir, tener un punto diferenciador, llamar la atención para «ser alguien» en la vida y ser siempre el primero y el único, es fácil alimentar esta energía de forma desbalanceada, olvidando lo valiosos que puedan ser los demás con quienes compartimos espacio. 

No hay mejor sanador que aquel que sabe exactamente cómo y dónde te duele, porque a él le duele igual.

No hay que olvidar que para comprender nuestro Quirón en Leo es importante mirar en dónde está nuestro Sol y qué hace. Porque irónicamente, el Sol no puede desaparecer y siempre tomamos de su energía. Así que, Quirón en Leo es un recordatorio constante de cómo manejamos y aceptamos nuestra energía vital, brillo y presencia. Nos enfrentamos todo el tiempo a sanar esta herida, en sus diferentes manifestaciones, pero principalmente, en cómo nos presentamos al mundo, y qué es lo primero que ven los demás de nosotros.

Entre más deseamos pasar desapercibidos, más llamamos la atención. Sólo nos queda ver con objetividad nuestro sentir y pensamientos, alimentar nuestra confianza y ofrecer nuestro proceso de sanación a los demás.

A final de cuentas, esto es lo que haría un adulto, ¿no? Ya no somos el niño herido, somos el adulto que se sana.