Venus entrará en Escorpio el 23.10. Habrá tenido conjunción con el Sol un día antes (22.10), marcando un Venus Star Point en Libra, en grado 29.
Tendrá conjunción con el nodo sur en Escorpio el 02.11, en 13º24′, pero desde el 25.10 estarán en orbe de conjunción, y en separación hasta el 10.11.
El Sol tendrá conjunción al nodo sur el 05.11, pero en realidad, Sol y Venus por el nodo sur se perciben casi a la par.
Para el eclipse de Sol en Escorpio del 25.11 Venus no estaría en orbe de conjunción al nodo sur en Escorpio (por un grado), pero para el de Luna Llena en Tauro del 08.11 sí, de hecho, estaría tan adelantada que casi saldría de los diez grados de conjunción.
El punto de escribir sobre este tránsito es complementar en ideas el proceso de Venus después del Venus Star Point en Libra, y buscar describir la energía de Venus en Escorpio, al tiempo que se une al nodo sur, acompañada del Sol:
Somos partes individuales que acuerdan una unión consciente (VSP en Libra), y casi de inmediato nos vemos envueltos en una fusión que implica bajar caretas y hacer a un lado posturas complacientes. Esos patrones tan arraigados que teníamos sobre la forma de fusionarnos con otro están mostrándose a plena luz del día para ser transformados y depurados.

Del grado 29 de Libra al grado 0 de Escorpio
Del deseo consciente de tomarnos de la mano y reflejarnos el uno en el otro (Sol conjunción Venus en Libra), viene un paso que se intuye como lo más natural, una transición que lleva la relación a otra estación: confiar en el otro con los ojos cerrados, ponernos en sus manos y dejarnos caer al oscuro abismo para que nos sostenga justo cuando sentimos que vamos a morir.
Esa confianza que sólo puede tener Venus en Escorpio cuando ha vencido sus miedos y su propio control en relaciones.
No sólo eso, la Luna Llena en Aries del 09.10 nos recordó que no debemos perder nuestra individualidad, por más comprometidos que estemos en una relación, o por más deseosos de experimentar algo consciente en pareja.
Y aunque estemos sanando esa persona que consideramos ser, y a veces dudamos, flaqueamos, o nos defendemos con más fuego del que se consideraría sano -según un lado contrario- (Quirón en Aries), hemos llegado a ese punto algo tambaleante e inestable en que dos partes acuerdan un equilibrio (VSP grado anarético de libra).
Esa frontera entre grado 29 y 0 de un signo y otro, podríamos describirla como una mezcla de energía neptuniana y plutoniana, porque se disuelve, se entrega, y al mismo tiempo renace siendo otra, no es la energía de antes pero sí contiene lo aprendido, lo ya transitado.
En Venus Star Point en Libra 2022 explico que la nueva serie de VSP que comenzará en Libra reemplaza una que sucedía en Escorpio. Hoy, el deseo principal sigue siendo el de vincular dos partes para su reflejo armónico (Libra), pero esta es una transición de la energía de los VSP de Escorpio, a los VSP en Libra, y podría percibirse como cuando tenemos fuerza suficiente para levantar la cabeza pero el oleaje nos devuelve con rapidez hacia la fusión.
Aun así, haber levantado la cabeza, por muy inestable que haya sido el movimiento, cuenta, hace la diferencia, hay un antes y un después. Y sobre todo, hay una visión en retrospectiva sobre cómo veníamos fusionándonos en pareja (VSP en Escorpio de 2018, 2014, 2010, 2006, 2002, etc.) cuando quizá faltó poner un poco más de cabeza y acuerdos bien claros y justos.
En 2026 habrá otro Venus Star Point en Escorpio en grado 0º, para mostrarnos la esencia de este signo por última vez, y a partir del 2030 se quedarán los que sucedan en Libra.
Por el momento, durante estos años, vamos distinguiendo una energía de otra.

Venus y Sol en Escorpio
Ya con Venus en Escorpio a partir del 23.10 aun tenemos ese toque de claridad consciente por la interacción directa del Sol: el caminar de la mano con alguien más nos lleva, como consecuencia natural, a mezclar nuestra energía con la del otro, a escuchar sus secretos, a dejarnos llevar por sus obsesiones y pasiones, a compartir sus batallas y demonios internos.
Suponiendo que la relación se vuelva más íntima que sólo acordar como dos partes educadas y tolerantes una de la otra.
Y si bajamos nuestras barreras a la par y nos permitimos abandonarnos a la energía del otro, también podríamos conocer otra forma de poder y riqueza, algo de naturaleza oculta que no podríamos alcanzar de forma individual y que nos hace sentir completos, invencibles y extasiados.
Escorpio tiene relación con la energía sexual.
Es curioso que su tendencia a controlar tenga que ver con el miedo a morir, a perder lo deseado, a perder su centro, a dejarse a merced de un fuego que nace de sí mismo y que le consumiría si no pusiera barreras o espacio, o si no se resguarda en introspección y reserva en el lugar más privado donde nadie pueda desatar, sin su consentimiento, al dragón que lleva dentro.
Lo curioso es que no controlarlo sea lo que le lleve a sentirse vivo.
Ese punto de quiebre en el que teme perderse y permite incendiarse, esa frontera -tierra de nadie- es la verdadera adicción.

La persona que Venus en Escorpio permita llegar hasta ese espacio sagrado donde guarda sus pasiones, tendrá que ser previamente observada y analizada hasta el cansancio. Algunas veces dirigida muy de cerca por ella misma para llegar a las puertas de su tesoro sin armas u objetos que puedan ser peligrosos dentro del recinto, porque una vez que cierra las puertas, con ambos dentro, no correrá el mínimo riesgo de salir dañada -suficiente tiene con su propia intensidad cuando le permite expresarse-, y es probable que tarde mucho tiempo en volverlas a abrir para liberarlos.
Este análisis para dar acceso a cualquier persona podría tomarle años, incluso nunca ser concretado.
Y, suponiendo que ambos ya están dentro, sin armas, sin secretos, sin palabras punzocortantes, sin amenazas de ningún tipo, sin que el invitado tema ser devorado por la intensidad de Venus en Escorpio, por su deseo de mirarle cada pequeño detalle del alma y cada pecado jamás contado o aceptado, una vez superados esos retos mundanos, queda claro que la relación se vuelve incondicional y exclusiva.
Nadie me conoce mejor que él/ella. Hemos pasado por lo que pocas parejas pasarían juntas.
Y Venus en Escorpio no permitiría ninguna puñalada por la espalda: siempre mirando a los ojos. Ojos y sentidos bien despejados y atentos a cualquier movimiento de su pareja. Ella se ha puesto en sus manos, le ha dado la llave de sus pasiones y cualquier movimiento en falso lo sentiría como si se consumiera por pura intensidad.
Perderle sería como perderse a sí misma, y sólo quedaría hundirse en un espacio oscuro, de luto, conviviendo con sus propios tormentos hasta llegar a un punto de inflexión, una claridad cuyo origen es el puro contraste del negro y el blanco, de la oscuridad y la luz: es la chispa que le permite volver a nacer.
Habiéndose despojado de lo que ambos eran antes, cuando no había espacio entre ellos ni detalle que no se conocieran o compartieran como propio, sólo queda convertirse en alguien nuevo porque volver a quien era antes es imposible, el invitado estaba en cada espacio de ella.
Morir es la única forma de eliminarlo en su totalidad.

Después del análisis anterior, si Venus en Escorpio vuelve a los brazos del invitado, a pesar de una ruptura, podría decirse que Venus nunca quemó hasta los cimientos el recinto en donde ambos se mostraron sin reservas. Es decir, no tocó fondo, no murió, nunca volvió a nacer, sigue siendo la misma de antes, pero quizá, con unos cuantos secretos agregados.
En este punto, ¿Venus teme la ruptura porque en el fondo tiene miedo a morir como única forma de purificación? ¿O porque de verdad quiere seguir intentando algo con el invitado?
Y morir se dice fácil pero para ello hay que transitar un pequeño -o no tan pequeño- infierno personal.
Aquí es cuando entra el nodo sur en Escorpio, por lo menos este año. Si no nos habíamos atrevido a dar el paso para transformar esos vínculos, esa forma de relacionarnos, o esa forma de tratarnos porque así sentíamos que aumentábamos nuestro poder personal y autoestima -o nuestro poder adquisitivo-, esta temporada de eclipses podría llevarse lo que ya está de más, como buena llovizna nocturna -quizá chubasco, a lo mejor tormenta- que nos regala al amanecer un cielo limpio y tranquilo.
Si miramos el nodo sur desde esta perspectiva, no da tanto miedo su aparición, es una ayuda.

Venus terminará tránsito por Escorpio el 16.11, el Sol lo hará el 22.11. Terminarán el mes aun en conjunción, pero en separación.
Venus tendrá conjunción al nodo sur en Escorpio el 02.11, oposición a Urano R el 05.11 y cuadratura a Saturno el 07.11; esta configuración es parte del eclipse del 08.11: transformándose a pesar de frías limitaciones, pero inspirada por una liberación -típico de la cuadratura Saturno-Urano-.
El eclipse de Luna Llena en Tauro será el 08.11: atiende al nodo norte, Venus es regente del signo y está cambiando una vieja piel para abrirnos camino a algo nuevo.
Tendrá trino a Neptuno R y a Lilith el 10.11: también aspectos del eclipse del 08.11, fácilmente canalizando sombras o emociones no tan aceptadas socialmente, pero podría ser una catarsis para aliviarlas y liberarnos.
Un sextil a Plutón el 13.11 y un trino a Júpiter R en Piscis el 15.11: aspectos del eclipse, tienen que ver con dejar ir y dejar morir una vieja piel, tiene relación con un gran final que se anunciaba desde abril 2022 pero que quedó con asuntos pendientes.
El 16.11 habrá cuarto menguante y el 23.11 será la Luna Nueva en Sagitario, final de temporada de eclipses.
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