Más sobre Lilith, y Lilith en Leo


Comenzó tránsito en Leo el 08 de enero y estará en el signo hasta el 03 de octubre de 2022.

Lilith representa un trabajo de sombras. Pero para comprender en qué consiste este trabajo de sombras habría que comprender primero cuál es el origen de la «falta de luz» de Lilith; en Lilith, y Lilith en Cáncer comenté:

Lilith como el punto de la órbita lunar más lejano a la tierra y como la Luna Negra, es decir, opuesta a la Luna que ubicamos como la madre, la que nutre emocionalmente, nos da cariño y hogar.

Mientras la Luna se desenvuelve a sus anchas en el signo que rige -Cáncer-, Lilith expresa su independencia, liderazgo, poder y capacidad de crear sus propias normas en el signo más alejado a Cáncer: Capricornio.

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Antes que nada, sugiero leer algunos mitos sobre Lilith, en el hebreo: la primera esposa de Adán, creada de la misma forma que él. Se negó a tener relaciones sexuales en una postura que representara sumisión, porque tenía claro que ambos eran iguales. Mencionó el nombre de dios y abandonó el paraíso porque rechazó seguir sus reglas. Se cuenta que sostuvo relaciones sexuales con demonios y tuvo hijos con ellos. Desechó la oportunidad de volver al paraíso, a pesar de que se le fue a buscar. Y más tarde dios creó a Eva de la costilla de Adán, para convertirla en su compañera y madre de sus hijos.

Otras historias ligan a Lilith con Ishtar (asirios) o Inanna, como una diosa relacionada al parto, la sexualidad y la fertilidad, pero algunos autores no tienen total claridad de que sea el mismo personaje, o no la describen como si en definitiva fuera ella (revisar Reina de la Noche en Panteón Mesopotámico, o también La presencia de Lilith en los escritos rabínicos y su origen, o Ella fue Lilith, la antigua diosa mesopotámica de la destrucción).

Otra relación que me parece mucho más apropiada, para la Lilith que conocemos en astrología, corresponde a la diosa hindú Kali, que tiene características complejas, a veces indócil, salvaje, irrefrenable, pero aun manteniendo un lado maternal. Sobre el nacimiento de Kali hay varias versiones, World History Encyclopedia en Español resume algunas, y Xuan Lan la menciona en la energía de la Madre:

Se dice que la Diosa Kali nació de la ira de Shiva y por ende representa una fuerza destructora, que la utiliza para combatir a los demonios internos, destruye aquello necesario para que emerja la transformación. También se dice que simboliza la muerte del ego. Kali es destructora de la maldad y de los demonios u obstáculos y representa el aspecto destructor de la divinidad.

En el mismo texto describe la importancia de la energía femenina creadora, poder que también se le ha atribuido a Lilith cuando se le considera La Gran Diosa, o la Diosa madre. Esa divinidad femenina que da vida, que creó todo, y a la que se le rendía culto antes de que se estableciera el patriarcado y se le relegara a un segundo plano; en Cuando dios era mujer: deidades femeninas de la antigüedad se describe con mayor detalle.

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La Dra. Arantzazú González López habla en un artículo sobre la relación de Lilith con el conocimiento, la divinidad y la magia:

… estamos ante una deidad que incluso podría poner en peligro el conocimiento y poder del mismo Jehová, pues Lilith fue capaz de pronunciar el nombre oculto del Dios hebreo. Recordemos que el nombre mágico contiene la esencia del individuo, y quien lo pronuncia, se convierte en poseedor no sólo de la voluntad, sino del espíritu del nombrado; en ese sentido, cabe recordar que en el contexto hebreo, Lilith, como Adán, comienza siendo humana pero, al nombrar a Dios, adquiere su conocimiento y esencia y, por lo tanto, supera al propio Adán y se transforma en diosa. Es así, portadora de tanto poder como el propio Jehová. De nuevo, se hace presente su vínculo con lo divino y con el conocimiento.


Así pues, podríamos decir que Lilith es esa energía femenina, creadora y materna que se relegó y se le invisibilizó porque no se sometió al sistema patriarcal, a pesar de que la lógica apuntara -y ella misma mencionara-, que al femenino y al masculino les correspondían igualdad de condiciones.

En consecuencia, se destacan características como rebeldía, independencia, valentía -a pesar de no tener un respaldo cálido y seguro-, hostilidad y destierro al exponerse, invisibilidad y hasta mala reputación. Pero también existe un poder oculto, divino y femenino relacionado a la creación y a la ingobernabilidad, porque el surgimiento de la vida no se puede gobernar (la madre tierra), incluso es más probable que la tierra se rebele con furia antes que permitir ser sometida (de cierta forma lo estamos viendo con Urano en Tauro).

Como vimos antes, Lilith también representa una parte salvaje, oculta y sombría en donde se remueven demonios internos para su reconocimiento, trabajo, transformación e iluminación.

Es fiel a su autenticidad y convicciones. Poderosa desde lo femenino: se levanta, se sostiene y se mantiene por sí sola. Y no acepta tratos que le resten libertad, porque se le negaría ser lo que es por derecho de creación, se le dominaría y se le borraría.


Pero ya que tenemos una visión más general de Lilith, unámosla a la Lilith astrológica para mirar mejor todo el cuadro, me refiero a la que se encuentra lejos del calor lunar, del calor de hogar y que describí con más detalle en Lilith, y Lilith en Cáncer: oscura, fría, misteriosa, vacía y a veces también temible y peligrosa; o deseada y seductora, porque en ella se experimenta cierta libertad y autonomía que con la influencia directa de la Luna (hábitos, pasado, raíces, familia, espacio seguro) no podríamos tener.

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Parte II: Recapitulación

Ya vimos algunas de las características de Lilith, y cómo podría ser ese trabajo de sombras: reconocer, trabajar, iluminar características que podrían ser incómodas para uno mismo (o para los demás) porque rompen con lo establecido socialmente, lo aceptado por la autoridad, o incluso podrían ser oscuras, rebeldes, ingobernables y mal vistas.

También podríamos sentir que no las encontramos, que existe un vacío en donde deberían estar dichas características -en este caso, las leoninas-, y quizá caigamos en la necesidad instintiva, visceral, salvaje, de llenar ese aparente vacío. Pero podría ser un vacío inexistente, es decir, tenemos la sensación de que allí falta algo pero no necesariamente falte, sino que debemos hurgar en nosotros para encontrarlo entre las sombras: exageramos, llenamos más de lo necesario y el resultado, cuando observamos, hacemos introspección o un trabajo psicológico, llega a ser parecido a la cruda moral de cuando nos damos cuenta que la noche anterior actuamos de forma no muy glamurosa.

Acá viene otra cuestión a considerar: quizá la cruda no sea porque actuamos de cierta manera frente a otros, sino porque nos dimos cuenta de que algo salvaje en nuestro interior buscó la forma de expresarse, un aspecto que a veces guardamos, dejamos de lado, negamos, maquillamos, y nos cuesta asimilar y aceptar psicológicamente como parte de nosotros.

Si podemos hacer el trabajo, podríamos encontrar, no sólo luz y comprensión de algo que por lo general permanece en sombras, en nuestras sombras, sino también un empoderamiento que no nos brinda nadie, nos lo da una parte independiente, fuerte y divina de nosotros mismos.

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Leo y el Sol

A Leo le rige el Sol, la estrella más brillante, el único, el centro, el más llamativo, el favorito, el más encantador, el que brinda calor, vida y nos mantiene vivos, pasionales, enganchados, viviendo al personaje, experimentando la obra de teatro. La conciencia misma (Sol) es creadora de este escenario y sus circunstancias, las mueve como fichas de ajedrez, les da nombre, juega con ellas, se divierte o se entrega al drama.

En Leo el Sol expresa mejor su energía, pero el Sol podría recoger la energía -y características- de cualquier signo del zodíaco y expresarla en su territorio leonino, en donde sea que se encuentre el signo Leo en la carta astral.

Comprender esto es importante para comprender también la dinámica de Lilith en Leo.


Lilith en Leo

En general, Lilith en Leo podría representar nueve meses para remover cuestiones reprimidas, sombrías o relegadas sobre creación, creatividad, procreación, ser hijo o mantener al niño interno -que juega y experimenta- vivo y apasionado por la vida.

Pero también hay temas sobre llamar la atención, allá en donde esté el signo Leo en nuestra carta natal. En este sitio brillamos, somos creativos, a veces acaparamos la atención, todas las luces vienen a nosotros porque si permitimos expresar la energía que recoge el Sol -donde quiera que se encuentre en nuestra carta natal-, se nos da un talento natural que encanta y es fácil admirar. Pero, así como nuestra luz, las sombras también son parte de nuestro talento, y también por ellas llamamos la atención.

Quizá busquemos llamar la atención seduciendo para llevar a nuestro terreno, exagerando en protagonismo y drama porque no percibimos tocar el fondo con nuestros pies; puede que despleguemos nuestro brillo en un entorno hostil, que nos rechaza por alguna característica relacionada a Lilith, o también podríamos percibir que aquello a lo que nos entregamos porque nos apasiona, nos llena de vida, y donde siempre habíamos sido creativos y talentosos, está pasando por una temporada sombría o rebelde: necesita removerse para iluminar y empoderar -o empoderarse-.

Ojo, que mientras hacemos este trabajo de sombra podríamos expresar la parte no tan luminosa del signo Leo, como orgullo, soberbia, arrogancia, vanidad, exigencia de atención, egocentrismo (el Sol es el único, el centro), berrinche, capricho, a veces infantilismo. Y también podrían filtrarse características -no tan lindas- del signo en donde se encuentre el Sol que le alimenta (el de tránsito o el natal).

Ejemplo: Sol en Escorpio y Leo en casa 9, brillantes en estudios formales, en conocimiento de otras culturas, o siendo investigadores académicos, pero quizá se filtre una necesidad de control y obsesión por llegar al fondo de dichos conocimientos, y que se nos reconozca -o nos reconozcamos- como los favoritos al observar más allá de lo evidente en dichas áreas sagitarianas.

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Este tránsito es único para cada quien, pero pienso que por suceder en Leo, hay algo que se siente muy personal, como si lo lleváramos a todos lados con nosotros, personificándolo de alguna manera. Aunque personificarlo sería más claro si Lilith estuviera junto al Sol, o en el ascendente.

Aun así, espero haber dado suficientes claves para ayudarnos a comprenderlo, y no abrumarnos con el trabajo psicológico que representa.

Les deseo excelentes, divinas y poderosas revelaciones sobre el brillo y talento que cada uno de ustedes tiene.

Nota: no olvidemos que trabajamos la Lilith de tránsito a través de nuestra Lilith natal, es útil conocer la Lilith natal y cómo se expresa en nosotros para tener más información sobre este tránsito.

Y repito, ¡no pierdan de vista al Sol! El natal o el de tránsito, en qué signo, casa y qué aspectos tiene, porque esa energía se expresa en la casa donde se encuentra el signo Leo (también es importante ver qué cuerpos o puntos matemáticos tenemos en Leo).

El Sol podría ser silencioso y reservado, muy diferente al cliché del brillo y glamour leonino, pero eso sí, llamativo -el Sol siempre es llamativo- precisamente por silencioso y reservado: él es el rey.

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Publicado por Arte

Mujer multifacética que escribe sobre astrología en astralarte.com Informa sobre el clima astral, e interpreta y analiza cartas astrales.

7 comentarios sobre “Más sobre Lilith, y Lilith en Leo

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